¿Dónde se vive mejor: en la ciudad o en el campo?
Son muchos los que prefieren vivir en la ciudad porque consideran que
allí la vida es más fácil. Hay otros que prefieren vivir en el campo por la
simple razón de estar cerca de la naturaleza. Y yo soy más de campo que de
ciudad.
En primer lugar, en los pueblos la gente se conoce: bien personalmente
o bien de vista. No hay anonimato y las personas no son tan tímidas e
introvertidas como las de la ciudad, donde yendo al trabajo en transporte
público los ciudadanos ni se miran.
En segundo lugar, en el campo no hay tanta presión. La gente, aunque
tiene mucho que hacer diariamente parece más relajada y sabe disfrutar la vida.
En tercer lugar, el contacto con la naturaleza es muy importante en la
existencia del ser humano. Se ve y se siente la tranquilidad y la armonía del
Universo y esto se refleja en nuestro interior y nuestra personalidad.
Por último, la cuestión de la seguridad: en los pueblos no hay
tumultos por eso es más difícil cometer un crimen y debido a la franqueza de la
gente hay menor probabilidad de
cometerlo.
Hay que reconocer que para algunos el pueblo puede parecer aburrido.
En la ciudad hay muchos más lugares para salir por las noches, divertirse,
relajarse, quedar con amigos, jugar a los bolos o tomar una copa.
Es obvio que la ciudad ofrece más posibilidades para desarollarse
tanto durante la formación escolaria como después de ella. Es más fácil
encontrar trabajo o ascender en el trabajo.
Pero los lugares públicos favorecen los robos: también como la gente
se siente anónima, en esa mulitud de gente que nos rodea, por ejemplo en los autobuses
o trenes, es donde con frecuencia los delincuentes roban a las personas.
Sin embargo, la vida en la ciudad causa más problemas de salud, como
estrés, presión alta, problemas de corazón. La gente funciona rapidamente porque
siempre les falta tiempo y así nace el problema de los adictos al trabajo.
Cuando era niña, cada año, mi familia visitaba a mis tíos que vivían
lejos de nuestra casa. Tenían una granja enorme con muchos animales como vacas,
cerdos, cabras y ovejas. Siempre me gustaba ayudarlos a darles de comer. Me
encantaba que todo seguía su propio ritmo como todo en la naturaleza. Además
ellos eran agricultores y tenían un terreno propio donde cultivaban patatas y
otros vegetales.
Definitivamente no se puede juzgar en esta cuestión. Lo que prefiere
la gente depende de su carácter y de otras cuetiones como la profesión a la que
se dedican. No me imagino a un abogado vivendo en el campo. La razón es simple,
en los pueblos no hay tribunales. Ni me imagino a un agricultor habitando en
una metrópoli. Otro temaa es que la elección de lugar en donde vivir no siempre
depende de nosotros. Muchos se quedan en su ‘pequeña patria’ por tener cerca la
familia o simplemente por comodidad. En mi parecer, hay una regla que dice
‘cada cual en su lugar’.
No hay comentarios:
Publicar un comentario